Ensayo del Verbo,
una fuente que se eleva.
El Autor del libro
“Ensayo
del Verbo” es docente de Derecho Público I (Derecho Constitucional)
en la Facultad
de Derecho de la UDELAR y desempeñó el profesorado universitario en
la misma Facultad en Derecho Internacional Público anteriormente. Ha realizado varias publicaciones de ambas
materias; también ha desarrollado labores de investigación histórica y
arqueológica, realizando importantes descubrimientos, entre los que se cuentan
tres arados de piedra correspondientes a dos sitios arqueológicos.
Alternando con ello ha publicado “Vocabulario Árabe en América” siendo su última entrega de poemas “Oquedales del Camino” cuyo ideario se
corresponde con éste ensayo filosófico, que cuenta con más de ciento
cincuenta aforismos, donde las premisas
significan un rumbo y un desafío de vida.
Tanto la poesía, su filosofía, la antropología, la
arqueología, que lo ocupa, sin dejar la política de altura, no de cúpulas, y el
derecho, lo ven enfrentado a los mismos desafíos de búsqueda, de aprendizaje
permanente, de respuestas, de entereza, de entrega, sin atajos ni claudicaciones,
probando las formas de los mundos
resplandescientes, intentando
palpar la trama de los orígenes.
Ensayo
del Verbo constituye el trasfondo literario de los poemarios del autor. No se podría
indagar a fondo las metáforas sin incluir el entorno de vida y el pensamiento
que encierran tanto “Oscilación Interior”,
como “Todas
las flores de Cacto”, “Respiritúame” y “Oquedales del Camino”
aparecidos los tres primeros a partir de los años 80 y el último en el año
2000.
Aún así todo el conjunto es una antorcha de luz que
ilumina sobre las esencias ocultas. Indaguemos pues en las palabras que se
repiten, introduzcámonos en el espejo del Tesauro de este libro y en la vida
misma de las personas para encontrar las pruebas de los significados y los
significados de las pruebas, donde la naturaleza enciende la fragua, para hacer
arder los corazones.
Miremos el pétreo material de los orígenes, la
permanencia de las herramientas y la magia de las palabras, para palpar las
brumosas esencias generales.
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